La senadora nacional por Río Negro del Frente Para la Victoria, Silvina García Larraburu, presentó un proyecto de ley para crear la figura del defensor general de los Adultos Mayores. La institución se fundaría con el objeto de “contribuir a la vigencia efectiva” de la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Hay que hablar de vigencia efectiva, por más que suene redundante, porque por ley los derechos humanos de los adultos mayores están garantizados pero todos sabemos que la realidad es otra. “Nada es suficiente para colmar la gran deuda existente con nuestros adultos mayores”, advirtió la rionegrina.
Es cierto que hay una deuda, y quizás muy grande. Hoy el único servidor público en el que se pueden apoyar los adultos mayores es Eugenio Semino, asiduo colaborador de nuestros espacios periodísticos, pero su ámbito de acción es la Ciudad de Buenos Aires.
Quizás al dotar de rango nacional a un cargo se pueda contar con una voz más poderosa. De todas maneras se trataría de una función incómoda para el gobierno de turno ya que el defensor de la tercera edad debería hacer notar las falencias que existen para con el cumplimiento de los derechos de los adultos mayores.
Hoy la senadora que propone el proyecto es opositora y por eso busca resaltar las carencias que sufren los adultos mayores. No lo hubiera presentado en el gobierno anterior seguramente, y es lógico porque cada uno tiene derecho a defender los intereses políticos de su sector siempre que sea dentro de un marco aceptable.
En la presentación del proyecto se brindó una larga lista de los males que aquejan a los adultos mayores: “Segregaciones laborales, obstáculos para el acceso a prestaciones, barreras tecnológicas de un mundo que se organiza excluyéndolos, junto a prestaciones previsionales insuficientes, cuando no indignas. Todo rodeado de un sinnúmero de pleitos, reclamos y procesos judiciales que proyectan una vida superior a la expectativa vital que cada uno de esos adultos puede esperar”.
Probablemente sea todo cierto. Ahora bien, no todo es nuevo. Siempre fue más difícil para los adultos mayores conseguir un trabajo. Las jubilaciones y pensiones son bajísimas desde hace décadas sino no hubiera existido una referente como Norma Plá o tantos otros que protestaban en esa época y antes también.
Hay muchos temas para la campaña política que se avecina. La crisis económica seguro ocupe buena parte de los debates. A raíz de las movilizaciones del feminismo la agenda que impulsan estos movimientos también serán abordadas por los candidatos.
Sería importante que todos también expresen que es lo que piensan sobre el rol de los adultos mayores en la sociedad, y cuáles son las políticas que se aplicarían para solucionar sus problemas.