En el año 1922, el segundo campeonato de Chile de ajedrez vio en su cima al genio de Otto Junge, ciudadano penquista, impulsor del deporte ciencia en la región del bío-bío y padre de Klaus, nacido en concepción en 1924. En una historia similar a la del gran pianista chillanejo Claudio Arrau, quien se fue a los cinco años becado a estudiar a Alemania, en 1928 Otto Junge retornó a su tierra natal junto a su familia.Ya establecido en la ciudad puerto de Hamburgo, se dedicó a fortalecer al club local junto a su hijo Klaus, quien comenzó a participar en torneos a temprana edad.
Tras la derrota Germana en la Primera Guerra Mundial y las iinnumerables restricciones, castigos económicos y humillaciones al honor y espíritu alemán, se generó un ferviente ánimo de revancha que inundó también a la familia Jungle, lo que motivo a Klaus a ingresar al ejército. En agosto -septiembre de 1939 se desarrolló el torneo de las Naciones en Buenos Aires, Argentina. En efecto, el equipo inglés decidió volver a sus islas y los competidores tomaron bandos. Asu vez, el equipo Chileno, de muy correcta performance, observó todo esto desde su butaca preferencial.
En lo estrictamente deportivo los chilenos obtuvieron grandes logros como los empates de Mariano Castillo frente al campeón mundial Alexander Alekhine, ruso nacionalizado francés, y el de Rodrigo Flores frente a otra estrella internacional como el cubano José Raúl Capablanca. Paralelamente, en el Mundial femenino de ajedrez, Berna Carrasco, la representante de Chile de 25 años,obtuvo el tercer puesto.
Con la guerra en desarrollo, el ajedrez no tuvo obstáculos para seguir su curso competitivo y Klaus Junge se convirtió en uno de los grandes exponentes del ajedrez mundial defendiendo los colores germanos.
En 1941, Klaus Junge, con apenas 17 años ya ostentaba un gran prestigio como ajedrecista y se le proyectaba un futuro esplendoroso al obtener el primer lugar en el Torneo de Hamburgo.
Las juventudes hitlerianas, compuestas en junio de 1943 por cerca de 10.000 jóvenes de entre 15 y 17 años contaron entre sus filas con Klaus Junge, quien debió dejar el tablero para defender a su ejército frente la amenaza de los soviéticos e ingleses.
El ultimo dia en este mundo de Klaus Junge fue el 17 de abril de 1945. En Hamburgo falleció defendiendo a su ciudad con rango de subteniente, tres semanas antes de que terminara el conflicto bélico.
Decidió no parlamentar ni ofrecer ” tablas”ante el enemigo y como buen soldado entregó su vida luchando hasta que no tuvo mas piezas en su tablero imaginario.
Muchos años han pasado y el revisionismo histórico ha recogido la memoria de Junge como el mejor ajedrecista chileno de la historia, provocando debates y controversias.
Quienes han conocido el túnel hacia el otro mundo dicen que los recuerdos de la infancia se hacen lúcidos y claros. ¿Habrá visto Junge el parque Ecuador de Concepción y el mango Río Bío-bió en el momento que su cuerpo perdió el latido enérgico?
